La presión por ser extranjero

En la publicación anterior hablé sobre como siento que ya no me ofenden los comentarios degradadantes de los países primermundistas. Y hace poco, me encontré con esta y esta publicación en instagram, parte de una aparente corriente que alenta a las mujeres (parte a cuyo algoritmo claramente pertenezco) en buscar pareja en el extranjero. Está claro que los extranjeros nos vean a los latinos de menos, pero me doy cuenta que los mismos latinos nos vemos a nosotros mismos de menos, ya que creemos que la salvación se encuentra en el primer mundo.

No sé si es la edad, pero cada vez veo más problemas con la manera en que hablamos sobre la emigración del latino a Estados Unidos y Europa, y claro, la discución principal se da alrededor de las personas de bajos recursos que se van en busca de una vida mejor, pero la verdad no creo que es muy diferente a como emigra la clase media-alta, que quizás está relativamente bien en Latinoamérica, pero igualmente se va (claro, quizás bajo circunstancias más favorables)porque piensan que allá van a estar "mejor".

Después de vivir 5 años en Austria (igual es una historia para otro momento) y regresarme a Honduras, recuerdo el shock tanto de los hondureños como de los europeos cuando les contaba que mi plan era regresarme. "¿No te adaptaste? "¿No te gustó?" "¿Te estás sacrificando por tu familia?", eran algunas de las reacciones que recibí. Era imposible de creer para todo el mundo que simplemente me quería regresar porque sí, porque simplemente eso no es lo que se hace.

Muchas veces me he callado al respecto, o incluso se me ha dicho que no puedo opinar porque mi opinión viene "desde una situación de privilegio", y no digo que esto no sea cierto, pero últimamente también veo la presión de muchos de mis amigos, cineastas y no cineastas de mi edad por vivir en Europa, o por tener ese "éxito internacional" del que hablé un poco aquí. Quizás es algo millenial eso de sentir que para ser exitos o culto, hay que estar viajando todo el tiempo. Hay que ser un "ciudadano del mundo," y la verdad es que la mayoría de las historias de emigración (hay excepciones por supuesto), no necesariamente tienen mejores carreras ni calidad de vida al irse a Estados Unidos o Europa. He visto a muchos amigos dejar sus sueños a un lado, y su meta principal se convierte en formalizar su estatus migratorio, porque regresarse es visto como fracaso.

No digo que las leyes de migración no sean racistas, clasistas, etc. porque definitivamente creo que sí lo son. También entiendo perfectamente ese deseo de viajar, explorar, conocer el mundo, ¿Pero porqué tanta presión por internacionalizarnos? Desde el amor, hasta la carrera profesional, día siento más que el concenso es que para ser un latino exitoso hay que vivir en el primer mundo, y me gustaría empezar a tener más conversaciones al respecto.

A Floating Island of Garbage

Hace un par de años era muy seguidora de la política gringa y me indigna que los gringos y demás ciudadanos primermundistas me vieran a mi y a mi cultura de menos. El otro día escuché esa frase del comediante republicano sobre la "isla de basura" refiriéndose a Puerto Rico, y la verdad, creo que ya no tiene sentido ofenderse, sino más bien es de entender que la cultura gringa, y también del primer mundo en general, nunca va a entender ni poder poner en contexto las realidades latinoamericanas. Me parece que a este punto, ya no debería ser cuestión de querer ser aceptados ni ayudados, mucho menos comprendidos por los primermundistas, sino que deberíamos de buscar nuestra propia identidad y empoderamiento independientemente de si nos quieran o no. ¿Porqué habrían de ofenderme los comentarios ignorantes de un grupo de gente que ni siquiera me conoce? Quizás el que mejor lo ha dicho es Cristóbal Briceño, hablando sobre los latinos que se ofenden cuando los gringos le dicen "América" a Estados Unidos (por aquello de que América es todo el continente) "¿Te gusta el nombre? Quédatelo, es tuyo."

No sé si los demócrata sean remotamente mejores que los republicanos, simplemente tienen mejores modales y nunca se expresarían de la misma manera aunque piensen lo mismo.

Muchachas

Ya que esto es un diario público, creo que es apropiado hablar más sobre mi misma y mis preocupaciones a nivel personal. Nunca me he preocupado por expresar opiniones, pero hablar sobre mis propios proyectos, metas y dificultades es otro nivel de intimidad. Sin más preludio, ya tengo una fecha oficial para estrenar el episodio piloto de mi serie documental, "Muchahas", lo cual me emociona y también me preocupa como pocas cosas lo han hecho antes.
Me he sentido poco comprendida como "creadora" gracias a eventos desalentadores, desde que en la escuela de cine me dijeran que prácticamente no tengo talento (un profesor hasta llegó a decir que mi trabajo era "preocupante"), hasta el hecho de que no me he ganado ningún fondo ni premio en esas convocatorias que hacen. Siento que hacer cine en Latinoamérica tiene muchas implicaciones estéticas, incluso de estilo de vida que al final, como muchas cosas, son más apariencia que nada. Siempre he sentido que en Latinoamérica al final nos enseñan a hacer cine para festivales de cine europeo y los europeos tienen una idea muy específica sobre lo que el cine latinoamericano debería de ser. Por ejemplo, yo como hondureña, debería de estar hablando en mi trabajo sobre la pobreza, las injusticias hacia las mujeres y las minorías raciales, la miseria, la emigración en masa. Debería de ser más "política", pero política de la manera convencional. A veces quiero hacerlo, pero lo que me interesa a mi viene de otro lado, y la verdad es que también viene de un deseo de rebelarme sobre esas expectativas impuestas, que lastimosamente muchos latinoamericanos han aceptado como su deber. O quizás estas especulaciones de porque mi trabajo no es aceptado son simplemente un mecanismo de defensa, y quizás la verdad es que no consigo dinero ni premios porque tengo talento y mi trabajo es preocupante como dijo mi profesor francés.

La idea de mi serie "Muchachas", viene del deseo de crear algo que a mi me hubiera gustado haber visto cuando era más joven. La serie (o quizás debería decir el primer episodio porque es todo lo que tengo hasta ahora), trata sobre la vida diaria de mujeres en sus 20's en víspera de sus cumpleaños, que personalmente siento es un período muy vulnerable en el que nos preguntamos que estamos logrando, si somos suficiente, si deberíamos haber logrado más a la edad que tenemos. El primer episodio, es sobre Fernanda, que cumple 20 años en Tegucigalpa, una auténtica chica de ciudad con todas las de la ley. Espero poder grabar a más chicas y a través de sus historias también mostrar la diversidad de paisajes que existen en Honduras que nosotros mismos no conocemos. Quisiera que estas historias muestren a Honduras desde un punto de vista menos turístico (tema para otra publicación pero también creo que hemos aprendido a vernos a nosotros mismos con ojos de extranjeros), y más humano.

Lejos de reconocimiento internacional, lo que quisiera con este proyecto es conectar con audiencias hondureñas, especialmente con mujeres jóvenes. Decidí yo misma, con ayuda de algunos talentosos amigos, financiar este primer episodio y también, con ayuda de amigos, estrenarlo en Tegucigalpa el 30 de noviembre e invitar a posibles patrocinadores, con la esperanza de que al ver el episodio, el proyecto les entusiasme. Deseándome suerte a mi misma.

La única obra feminista

He sido acusada de mala feminista más veces de las que quisiera admitir. No es por defenderme, pero ¿quién decidió en que iba a consistir la definición del feminismo?

De momento, siento que consiste en buscar traumas, acusar y hostigar los actos de hombres, y como es de esperarse, hay una estética muy específica que la acompaña y decora perfiles de instagram de célebres influencers activistas. Protestas, personalidades "fuertes", la imagen "girl boss", etc. Todo muy consumible. No necesariamente estoy en desacuerdo con estas actividades y hasta he participado en algunas, pero creo que entregarse tanto a esta estética feminista, peligra convertirla en una especie de zona de comfort en la que nos divertimos mucho quejándonos, y evitamos buscar soluciones.

Me cuesta encontrar opiniones feministas con las que estoy de acuerdo, y no sentía que lo lograba, hasta hace un par de años que descubrí a Elena Ferrante y su serie de las Novelas Napolitanas. He llegado a pensar que es una de las pocas obras que considero verdaderamente feministas.
El feminismo de Elena Ferrante, parece basarse en la idea de observarnos como mujeres con una honestidad radical hasta sentirnos profundamente incómodas, y es eso quizás lo que muchas de estas activistas no están dispuestas a hacer.

Las novelas siguen a Elena y Lila, dos mejores amigas que viven en un barrio pobre de Nápoles, desde que son niñas, hasta que cumplen alrededor de 60 años. Las chicas son definitivamente almas gemelas (quizás un tema recurrente en la piscina de mis pensamientos), pero eso no significa que no se comparen, se envidien, se deseen lo peor en algunos momentos.

Terminé de entender que de esto se trataba cuando le presté la primera novela, "La amiga estupenda" a una prima, y cuando me la devolvió me dijo que no le había gustado. Cuando le pregunté porqué, me dijo que porque le fue imposible pensar en sus propias amistades.

A veces, como mujeres, queremos vernos como seres imaculadas, víctimas indefensas, incapaces de hacerle daño a un hombre, mucho menos a una mujer. Pero la naturaleza femenina es mucho más oscura, curel y compleja y creo que tenemos que comenzar a ver estas sombras antes de pretender que somos feministas. Leer a Elena Ferrante (o incluso ver la serie en Max que está igual de increíble), es el mejor punto de partida que se me ocurre hacia un feminismo radicalmente honesto.

Poema: Una composición por encargo

Fotografía en las calles de Buenos Aires, Argentina Un piloto componía lento las palabras clave de un taller. "Para nada te traigo," dijo seria la veterinaria, y aspiró el polvo que volaba. Vestirse siempre es un atajo, y cantar no cansa. Un maestro prefirió la danza, desliándose. Preguntaba: "¿Como es que fumigaban antes las canciones en francés? Pantalones que bordeaban secos una tarde. Cuatrimotos ásperas y cataratas,lácteos púrpura, karate, lámparas, todos tuvieron oportunidad de verla. Cinco pósimas en una gata retroceden en el eco. "¡Sosténganla!" que está compuesta de calistenia árbitro-circunstancial. En la noche repongo óxidos, sin entender. La ruta es velcro, laguna plancha y al pecho estorba pero incumplió. Limones plácidos en despedida. Últimos días del canapé. Ver en Instagram

Almas gemelas platónicas

En la publicación pasada hablé sobre mis cursos de fotografía analógica, lo que me llevó a estudiar un poco a algunos fotógrafos famosos. Entre ellos Robert Mapplethorpe, lo que me llevó al libro de Patti Smith "Just Kids" (éramos unos niños) una autobiografía de la cantante en la que habla sobre su relación con Mapplethorpe. El libro me conmovió, no solo porque ambos son artistas fascinantes que lograron superarse a pesar de situaciones adversas, sino que también por la relación en sí que ellos compartían. Aunque empezaron como una pareja romántica, Mapplethorpe pronto se da cuenta de que es homosexual y empieza a tener relaciones con hombres, pero eso no significa que dejan de ser almas gemelas. A pesar de que hasta cierto punto, dejan de ser "pareja", su relación incluso se enriquece y se comprende entre ellos mejor que nadie. Me recordó a una de mis películas favoritas, que para mi gusto está bastante subvalorada, llamada "Un día especial" de Ettore Scola; también trata sobre la amistad entre una mujer (Sofía Loren) y un homosexual (Marcello Mastroiani).
En la película, el personaje de Sofía Loren es una ama de casa con muchos hijos y un esposo torpe. Los hechos suceden durante una histórica visita de Hitler a Roma para encontrarse con Mussolini, lo cual fue ocasión para un celebratorio desfile por la ciudad. El enorme edificio de apartamentos donde ella vivie está vacío, pues todos se han ido a la fiesta, menos un inquilino atractivo. Pronto se revela que se trata de un homosexual, razón por la cual no se ha unido a la celebración facista. Comparten ese día juntos y el encuentro termina siendo profundamente significativo para ella. Es interesante como la literatura ha creado una expectativa dentro de sí misma de que las relaciones entre personajes sean románticas. Incluso argumentaría, que las expectativas románticas que tenemos en la vida real, están basadas en estereotipos aristotélicos, que si bien han cambiado a través de los siglos, mantienen las relaciones de pareja en el centro de un enorme porcentaje de las historias. Me alegra encontrarme con estas obras sobre relaciones platónicas, por un lado porque algunos de mis amigos más queridos a lo largo de mi vida también son hombres homosexuales y es una dinámica de género digna de mucho más estudio, pero en términos más generales, porque rompen con dichas expectativas. Atreviéndome a hablar con términos más psicológicos y de autoayuda, también me atrevo a decir que es saludable tener almas gemelas platónicas, porque quizás eso le quite toda la presión a las relaciones románticas de tener que cumplir con todas nuestras necesidades emocionales. Ver en Instagram

El imaginario en analógico

(Ecoparque de Buenos Aires) Estuve un mes en Buenos Aires y aproveché para tomar un curso de fotografía analógica con mi amiga Sofi, una increíble fotógrafa que conocí cuando estudiaba en Cuba. En el momento que estamos viviendo en las artes visuales, definitivamente siento una especie de fetiche con las artes del pasado. Como si quisiéramos rechazar el hecho de que la fotografía y el cine son ahora accesibles a todo el mundo, y entonces inventamos maneras de sentirnos superiores. De alguna manera siento que la fotografía analógica es la antítesis a las imágenes pobres. A diferencia de las imágenes digitales, que son tan rápidas, accesibles y fáciles de compartir gracias a lo poco que pesan como archivo, las fotografías analógicas son lentas. Requieren de paciencia, de dinero, y de acceso a una ciudad más cosmopolita como Buenos Aires, donde hay estudios de revelado. El estudio fotográfico envía las fotografías a través de un enlace de we-transfer, ya que si se envían por whatsapp o algo por el estilo, perderían su resolución.
Fotografía tomada con mi cámara analógica de mi amiga Sofi Me sucedió algo curioso que tiene de pronto que ver con la fotografía, pero quizás más con lo imaginario y los procesos lentos. La cámara que llevé es una vivitar v3800n del 2001 que funciona completamente manual. Según yo me gasté un rollo entero en fotos de los lugares que iba conociendo, incluyendo un reencuentro con algunos amigos queridos. Cuando llegué al estudio a revelar las fotos, me di cuenta que no salió ninguna de ellas, pues había colocado mal el rollo y no se tomó ninguna. Me dolió porque todo ese tiempo tuve una imagen mental muy clara de las fotos que había tomado, de lo que había visto y concebido tan claramente a través del lente. Fue terrible el momento en el que tuve que aceptar que esas fotografías nunca existieron más que en la captura que hice con mi mente. Luego aprendí bien a colocar el rollo y aquí están algunas de las fotos que sí salieron.
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En defensa de las imágenes pobres

Hace un par de semanas, hice un pequeño viaje con mi amigo Federico a la isla de Utila. Teníamos poca batería en el celular, y por aquello de "vivir en el momento", decidimos dejar nuestros celulares en casa e irnos en bicicleta a una playa retirada del centro. La belleza de la playa nos hizo arrepentirnos de nuestra decisión anti celular porque nos dieron muchas ganas de tomar fotos. Gracias a mi trabajo remoto, yo siempre viajo con mi MacBook, y recordé que la tenía en la mochila, así que, pensando que era mejor que nada, tomé una foto con la webcam (si se fijan en la esquina izquierda se ve que está mi hombro sosteniendo la computadora tipo selfie) lamentándome que era la única que tenía. Fue hasta un par de días después, cuando encontré la foto en mi computadora, que logre apreciarla no a pesar de su baja calidad, sino que por ella. Recordé un ensayo que leí en la universidad llamado "En defensa de la imagen pobre" de Hito Steyerl que es básicamente una oda a las imágenes comprimidas, lo que normalmente diríamos que es de "mala calidad". Me parece interesante es idea de las buenas y malas imágenes, ¿Por que esa obsesión con verlo todo claramente en una fotografía? ¿Cómo definimos que tan claro se ve algo, tomando en cuenta que en la vida real ni siquiere vemos la vida con tanta claridad? En la publicación anterior hablo sobre como cambiamos de un momento a otro, no digamos con el paso de los meses y los años, al punto que no sé que tanto se puede decir que somos la misma persona. Con eso en mente, me pregunto que tanto sentido tiene obsesionarnos con la resolución de una imagen y lo ingenuo que es pensar que solo porque una imagen tiene alta resolución, es una mejor representación de la realidad tan multidimencional que vivimos. ¿No será más bien que las irregularidades y visibles pixeles de las imágenes pobres son una mejor representación de la naturaleza cahótica e incompresible de la vida? Ver en Instagram

Sobre no ser lo que somos

Hace 3 años, durante la pandemia, vi Paris, Texas de Wim Wenders. Más que todo la vi por aquello de que era estudiante de cine, y hay un repertorio que uno debe conocer, quizás se puede decir que la vi por "presión". No la soporté.
Así que alguien explíqueme por qué, hoy la empecé casi como en broma y cuando menos acordé las 3 horas se habían pasado volando como nunca me había ocurrido con ninguna película con planos secuencia de más de 10 minutos. Lloré como un bebé; por un lado porque el protagonista y un poco también su esposa, son personas que han desarrollado el hábito de huir como un medio de solucionar sus problemas, solo para darse cuenta que sus problemas e inseguridades huyen por ellos, pero también nos invita a preguntarnos, ¿Qué es en realidad lo que nos constituye como entidades, personas en este universo?
Esta escena hizo que me dieran ganas de ser rubia
Y esta me dio ganas de conocer Houston, cuando siempre sentí que era una especie de capital de los latinos que se creen gringos, a los que tanto critico, poniendo mis principios y gustos en crisis. ¿Cómo es posible que la misma persona pudo haber odiado esta película y un tiempo después la amó? Sentí que mi identidad fue retada gracias a esta película, que a la vez trata sobre como día a día, seguimos siendo la misma persona, pero a la vez no lo somos. Y nuestras fotografías y videos, reflejan una imagen, pero es solo una especie de ilusión óptica que refleja un cuerpo que tampoco es lo que somos. ¿Entonces que somos? Ver en Istagram